“Los caballos eran de gran alzada, fuertes y de miembros ágiles; los pelajes grises relucían, las largas colas flotaban al viento, las melenas habían sido trenzadas sobre los pescuezos altivos. Los hombres que los montaban armonizaban con ellos: grandes, de piernas largas; los cabellos rubios como el lino asomaban bajo los cascos ligeros y les caían en largas trenzas por la espalda; las caras eran serias y fuertes. Venían esgrimiendo unas altas lanzas de fresno y unos escudos pintados les colgaba sobre las espaldas; en los cinturones llevaban unas espadas largas y las lustrosas camisas de malla les llegaban a las rodillas.”
Éolywyn de Rohan
Éolywyn de Rohan se hacía llamar secretamente la Dama de Boromir. Mujer de Rohan con ascendencia elfa silvana por una lejana antepasada. Nació en el hogar familiar al pié de las Ered Nimrais, en el Folde Este, muy cerca de la Frontera de los Pantanos. Su linaje es de familia noble de Rohan descendientes de parientes cercanos de Eorl el Joven y siempre bien estimados por los Reyes de la Marca. Solían tener tratos con los Elfos del Norte hasta que los caminos se volvieron demasiado oscuros y en algunas ocasiones han hecho de embajadores de Rohan en Minas Tirith. Éolywyn conoció a Boromir en la Ciudad Blanca y ambos vivieron una intensa historia de amor secreta, a pesar de las distancias, sus corazones estaban unidos.
De actitud orgullosa, inteligente y reservada. Parece una mujer fuerte e independiente, pero es muy sensible y de gran imaginación. Le gusta estar activa y le molesta lo cotidiano. Esta es la principal motivación de sus viajes, alejarse de los cánones establecidos por la sociedad para una dama de su posición, sentirse libre para realizar sus deseos.
¿Quién soy?
Soy una viajera más en este mundo, me gusta caminar por las montañas y los bosques, disfrutar cada momento que paso en la naturaleza para después escribir sobre aquellas cosas que veo, que siento y que me sorprenden.
Vivo cerca del mar y desde mi balcón puedo ver la luna pasear por el cielo nocturno.
A veces, en silencio enciendo velas e inciensos y susurro mis peticiones a la espera de que las hadas las hagan cumplir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario