domingo, 30 de noviembre de 2008

Las Tres Damas,

Descendiendo por el Anduin, 2

La tarde declinaba con paciencia tiñendo de cálidos dorados las tranquilas aguas que mecían con suavidad el navío real.
Aragorn se encontraba en la proa oía atentamente a Frodo que con la ocasión de su visita, su querido tío Bilbo le había entregado varios pergaminos repletos de poesías, que deseaba con urgencia fueran entregadas a Aragorn para que éste los corrigiera y opinara sobre ellos.

Frodo y Valentina partieron de Hobbiton y pasaron por Bree, aquel lugar trajo malos recuerdos a la hobbit, pues fue allí sonde vivió su desdichado suceso y, que más tarde, la llevó a conocer a dos buenos amigos, el enano Grimgi y el encantador hobbit Hildi, pero eso fue una aventura que está escrita en el secretísimo diario de Valentina y que aquí no viene al caso.

Aragorn asentía divertido pues el viejo y entrañable Bilbo no dejaba de sorprenderle, su capacidad creativa no había mermado ni un ápice y las poesías eran lo suficientemente buenas para ser publicadas en un pequeño libreto; Aragorn pensó que Bilbo le haría mucha ilusión verlas editadas con unas cubiertas de cuero fino bien labrado y su nombre en letras doradas. Frodo contaba que tras dejar la aldea de Bree pasaron unos días muy agradables en Rivendel, allí fueron muy bien atendidos por los hermanos de Arwen que mandaron saludos y si no fuera por los achaques que padecía últimamente su tío, se habría presentado él mismo ante su amigo “Trancos”, para leerle sus escritos.

Frodo quedó un momento en silencio y suspiró de manera triste, sus ojos grandes y azules se perdieron en la lejanía.
-¿Qué ocurre amigo?,¿por qué callas? – le preguntó aragorn preocupado.
-No se, Aragorn – dijo el hobbit mirándolo – creo que Bilbo se encuentra demasiado mayor, quizás demasiado cansado de todo lo vivido…, esa fue la impresión que me dio.
-La vida es así Frodo, algún día llegará su hora y nos dejará.

En ese instante llegó Boromir y se sentó junto a Aragorn, observó el rostro de ambos, muy serios y tristes:
-Bueno compañeros, ¿qué caras son esas?, se supone que este viaje es para disfrutarlo, pero parecéis como si presagiarais un funeral.
Aragorn lo miró sorprendido, pero Boromir sonreía con sinceridad:
-Recordábamos a Bilbo, Frodo lo encontró muy desmejorado en Rivendel.
-Se debilita poco a poco y creo que pronto dejará Rivendel – Frodo parecía tan triste casi a punto de llorar. Boromir lo miró y, sin saber por qué, recordó a su padre, ya bastante viejo cuando lo dejó en aquellos días al partir en busca de Imladris, en una extraña visión que profetizaba acontecimientos.

Denethor, a ojos de su hijo parecía cansado, oscuro y malhumorado, las responsabilidades le eran una carga difícil de llevar y la inminente amenaza oscura de Mordor no le dejaba descansar.
¿Hasta que punto llegó a degradarse su padre?, se sintió conmovido y triste cuando se enteró de su muerte y como ésta tuvo lugar. La demencia que sufría no era normal en la gente de su raza, por lo que todos comprendieron que aquella locura había sido influenciada por Sauron, quizás la misma locura ciega que él sintió, aquella ansia por tomar el Anillo…

Aragorn rompió el silencio, tomó a sus amigos por el hombro y los miró con seriedad:
-Compañeros, despejemos nuestras mentes de siniestros pensamiento, seguro que las damas saben mejor que nosotros cómo disfrutar de éste plácido crucero.
Frodo se levantó de repente y dejó cuidadosamente los manuscritos de Bilbo a un lado:
-Le prometí a Valentina que no la dejaría demasiado tiempo sola… estará enfadada.
-Hace un momento – dijo Boromir señalando hacia los camarotes inferiores – se encontraba hablando junto a Arwen y Éolywyn, parecía bastante recuperada.
-¿A si…? – Frodo susurró extrañado, Valentina había estado mareada desde que pisó la cubierta del barco, las nauseas no la habían dejado disfrutar ni un solo momento, ningún remedio le venía bien, hasta que Aragorn le preparó, él mismo, una suave infusión a base de Athelas y al parecer habían surtido efecto.

Frodo volvió a sentarse y tomó las poesías ordenándolas, la noticia le había tranquilizado y sonreía de nuevo:
-En ese caso, volveré con la lectura, aunque pensándolo bien…, tengo la garganta algo seca.
-¡Eso tiene remedio! – exclamó Aragorn y haciendo un gesto hizo que algunos sirvientes dispusieran una mesita con algunas bandejas de comida, jarras para el vino y algunas botellas de una excelente cosecha.


Continurá...

6 comentarios:

Maeglin dijo...

Qué pena por Denethor privado de una muerte valiente tambien aqui por la demencia que seguro que el abuso del Palantir justificaría.
Sigo tu historia.

Anónimo dijo...

Se necesita mucho valor para hacer tuya una historia tan legendaria. Tienes mucha imaginación, muchacha. Cuídala. Lo que daría yo por leer esos poemas. Espero que Aragorn se los publique pronto. Je, je, je. Un beso grande.

Luis y Mª Jesús dijo...

ando buscando el anillo de Aragon para un regalo...y no lo encuentro ¿me puedes ayudar ?
vuelvo por aquí...

Una senderista. dijo...

Para Luis y Mª Jesús:
Existen tiendas especializadas en comic y artículos muy frikis, estas tiendas suelen tener este tipo de joyas, tanto el anillo de Aragorn, como los broches que prendían las capas élficas o el colgante de Arwen,y por supuesto el Anillo Único.
Existe una frankicia llamada NormaComic, casi todas las ciudades tienen una representación, sino tienes que buscar en internet que seguro que encuentras lo que buscas.
Gracias por tu visita

Una senderista. dijo...

Para Alatriste:
Yo no tengo mucho valor, pero Tokien abrió una puerta mágica en la que muchos hemos visto la oportunidad de dejarnos llevar por la imaginación, muchas gracias

Franziska dijo...

Es curioso el éxito de Tolkien y lo atrayente que es todo el entramado que va desarrollando a lo largo de una historia que no tiene en sí más que la presencia del bien y el mal en nuestras vidas.

Escribes muy bien. Le estás dando matices y nuevas situaciones haciendo todavía interesante esa historia.

Espero que las sendas que hayas recorrido hoy te inspiren nuevas historias de Frodo y todos sus amigos. Espero que hayas disfrutado de todo el recorrido y de la buena compañía.

Saludos cordiales.