sábado, 7 de marzo de 2009

Las Tres Damas. Historia de primeros encuentros amorosos, 5

El navío del Rey Elessar retornaba río arriba hacia Minas Tirith, un viento favorable empujaba la nave inflando sus blancas velas. Sobre la cubierta se había instalado un toldo para proteger a las damas del fuerte sol, varios sofá cubiertos con cojines y unas mesitas repletas de manjares; a un lado de la cubierta se encontraba Gimli junto a Frodo, el enano la había estado contando al entusiasmado hobbit, los progresos en las Cavernas Centelleantes, la colonia iba bastante bien y Gimli parecía enamorado del lugar, hablaba sobre la belleza de aquellas cuevas y su magnificencia como si realmente estuvieran vivas y fueran su compañera.

Boromir se unió a ellos escuchando silencioso al enano, recordó las palabras que le dijo a Éolywyn en la fiesta, serían bienvenidos si decidían ir a visitarlo al lugar, y el propio Gimli haría de guía: “bueno”, pensó Boromir “quizás sea una excelente idea hacer una visita a Gimli en Aglarond”.

A él Minas Moria lo impresionó, a pesar de estar envuelta en un hálito de muerte; allí podía contemplarse la majestuosa obra de los laboriosos Enanos. Minas Moria era un lugar frío y hostil, pero podía verse esa grandeza de aquel pequeño pueblo. Boromir pensaba sonriente que sería muy curioso y único, la visión del Pueblo Enano en plena labor.

Frodo reía al mismo tiempo que Gimli y comentaba su parecer:
-Debe ser extraordinario, y me gustaría poder visitar las Cuevas Centelleantes, pero no creo que mi esposa quiera que nos desviemos del camino rumbo a la Comarca, a ella no le gusta viajar – dijo Frodo mirando a Valentina que estaba pegada a una mesita donde habían dejado los criados pequeñas delicias saladas.
-Pero, no os llevaría mucho tiempo y me sentiría muy feliz…, a demás. Sabemos preparar muy buena comida, seguro que no os faltaría de nada. Los enanos tenemos fama de hospitalarios y eso es por algo, seguro que Valentina se sentirá cómoda entre nosotros, por cierto Frodo, ¿maese Samsagaz también tomó esposa?
-Sam es ahora un esposo feliz que pronto será padre y es una de las personas más importante de toda la Comarca, muchos son los que buscan su consejo.
-¿Cómo jardinero? – preguntó de pronto Boromir que había permanecido en silencio todo el rato.

Frodo le miró algo serio, sabía que entre Sam y Boromir nunca había existido simpatía; para Sam, aquel hombre de Gondor era el que una vez intentó matarlo, de nada servía que aquel desgraciado incidente sucediera bajo el influjo maligno del Anillo, Sam siempre vio a Boromir como una amenaza para Frodo y cuando fueron invitados a la Reunión de los Nueve por el Rey Elessar, Sam no dejó de atosigar a Frodo sobre su comportamiento hacia Boromir: “nunca le de la espalda, no se quede a solas con él, no saque a relucir el tema del Anillo”, le había dicho serio y muy preocupado, Frodo se armaba de paciencia y le hacía saber que él sabía que debía hacer, que no debía preocuparse, esas cosas quedaron en el pasado, Sam volvió a insistir : “pero, señor Frodo, no estaré yo para defenderlo”, Frodo se echó a reír al ver la cara de preocupación de su amigo: “vamos Sam”, le dijo, “conmigo está Valentina”, y dándole una palmada en el hombro se alejó.

continuará...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pues claro que está con él Valentina!...y no le dejará que NADIE le haga algo...eso sin duda alguna...je je

Maeglin dijo...

Aguerrida novia Valentina y enternecedora lealtad la de Sam.
Hobbit afortunado Frodo con tan buenas huestes.

Grace dijo...

me ha encantado

Juan dijo...

Hola

Me hace gracia esta bitácora. Curiosa e interesante historia ambientada en la Tierra Media. Muy bien escrita

Un saludo.

Juan.