domingo, 26 de abril de 2009

Las Tres Damas. Merry, Pippin y las pipas para fumar, 6

Los comensales se encontraban en una sala privada, el sol del medio día iluminaba con esplendor el lugar; había mucha alegría en su interior y todos reían y contaban viejas y alegres historias del pasado.
El Rey había dispuesto que no faltara de nada para sus invitados y lo que más debían reponer los sirvientes era el vino.
¡Casi no daban a vasto!

La tarde antes de la llegada del Rey, su esposa y demás invitados, a Minas Tirith, habían hecho su entrada triunfal los hobbits Peregrin Tuk y Mediador Brandigamo. Montados en sus poneys de viaje y rodeados por una guardia de a pie vestidos con las mejores galas de la ciudadela, parecían dos pequeños héroes de guerras legendarias.
La gente gritaba a su paso ¡Ernil i Pheriannath! (Príncipe de los Medianos), y ellos le saludaban alegremente.

Pippin iba vestido con sus ropas de Caballero de Gondor y sus insignias como Mensajero del Rey, se sentía orgulloso de ello y hacía gala de su esplendorosa figura hobbit.
Merry, que había sido nombrado Escanciador de la Marca, lucía el magnífico cuerno de plata que le regalara Éowyn, una pieza de gran valor hecho por los propios Enanos.

Fueron atendidos y acomodados como debían: baños calientes, abundante comida y bebida, pero les entristeció un poco al saber que sus amigos no regresarían a la ciudad hasta el día siguiente, aunque la tristeza pasó rápido, pues los dos hobbits comieron y bebieron, fumaron de sus pipas y cayeron en redondo en sus mullidas camas.

Gimli dio un gran bocado a una pata de cordero que sostenía con la mano derecha, en la izquierda sujetaba una gran jarra medio vacía:
-Así que os habéis vuelto escritor, maese Merry.
-¡Ah…! si – dijo mirando al enano con los ojos medio cerrados – me ha llamado mucho la atención… - se incorporó en la silla – la relación que existe entre el hobbítico y el rohirrico, es sorprendente que, a pesar de no tener las mismas raíces raciales…, nuestros pueblos – y dirigió una mirada a la dama de Rohan – tengan en común la raíz de nuestro habla.
Éolywyn sonrió:
-Eso se debe a que hace mucho tiempo, los Hombres del Norte, de donde procedemos los Éorlingas, mantenían contacto con los Hobbits de antaño en los Valles del Anduin.
-Si…, también me interesan las hierbas – dijo Merry dando un largo trago a su copa de vino.
-¿Otro jardinero? – dijo divertido Boromir.

Pippin exhaló humo de su pipa y se dirigió al hombre de Gondor:
-Se refiere a la Hierba de Pipa, un placer que deberías probar Boromir.
-No hay mayor placer para mí que estar al lado de mi dama.
-Bueno, Boromir – dijo Pippin sonriendo – yo me refería a otro tipo de…, placer.
Y soltó un hipo que le hizo botar en la silla, todos se echaron a reír y Pippin prosiguió con su charla:
-Muchos son los que aprecian las propiedades de la Hierba para Pipa, sin ir más lejos nuestro amigo Aragorn.
-Es una lástima – decía Merry llenándose la copa – que no pueda estar ahora aquí, fumaría y bebería, y contaría buenas historias.

Boromir cambió de posición en su silla y acercándose a Éolywyn le tomó la mano:
-Asuntos de estado le retienen, ya tendremos tiempo de oír sus historias.
-Pero, no hemos tenido ni un momento para verle… - protestó Pippin.
Boromir le miró fijamente:
-Tú eres el Mensajero del Rey, no deberías tener problemas para verle en la Sala de la Torre.

continuará...

3 comentarios:

Maeglin dijo...

Pippin a mí también me resultó a ratos cargante tanto en su versión cinefila como literaria. Entiendo bien las miradas de Boromir.

Anónimo dijo...

Pues a mí Pippin me cae super super bien...(vaya pija que parezco)..je..je...

Una senderista. dijo...

A mi me resulta un pelín cargante, igual que a Maeglin